Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Juan 3:3
Un nuevo comienzo... Jesús nos ofrece empezar de nuevo a vivir, esta es la propuesta que se nos hace a todos lo pecadores. Dios no se plantea la tarea de "reparar" nuestra vida, el daño que el pecado nos ha hecho requiere una operación radical. La naturaleza del hombre tiene dos fuentes, una física y otra espiritual, la parte física está subordinada a la espiritual (aunque últimamente parece lo contrario) y es por ello que la operación de Dios en nuestra vida en el momento de la salvación no incluye cambios físicos sino espirituales, es decir, el nuevo nacimiento es una operación a nivel espiritual y no un nuevo comienzo desde el punto de vista de lo que es el cuerpo, no volvemos a ser bebes pero venimos a ser niños en un sentido muy especial. La rebeldía crece naturalmente en nosotros, desde muy temprano el ser humano se rebela contra lo establecido y aunque nos parece gracioso en un bebe, es el mismo mal que se manifiesta posteriormente, la desobediencia, el orgullo, la rebeldía y toda otra manifestación del pecado en nuestra vida es el resultado de una naturaleza espiritual que esta caída, muerta y alejada de Dios pero, al venir a Cristo esto es cambiado radicalmente hasta el punto que se le llama nuevo nacimiento.